El pasado 15 de Septiembre empezó una nueva era para Zaragoza, nuevos tiempos bautizados como la Post Expo, ¿que será de nosotros los zaragozanos ahora?.
Después de la borrachera de la Expo, llega la amarga resaca. Todos los “expertos” y gente importante relacionada con la Expo (si señores los mismos que no han pagado ni una sola entrada y no han hecho ninguna cola porque son VIP, los mismos que parece que viven en otra ciudad / realidad) dicen que se harán muchas cosas en los edificios de la Expo cuando se acabe, que se aprovechará todo, que no será como la Expo 92 de Sevilla que lo dejaron todo abandonado. Yo no se porque no me lo termino de creer, lo primero que no me termina de convencer, es que siempre que dicen cosas de estas ponen el ejemplo de Sevilla como escenario a evitar, por la desorganización y dejadez posterior a cuando termino la muestra. Pero yo supongo que los que hicieron la Expo 92 también pensarían en su aprovechamiento posterior y tendrían mogollón de planes (os suena esta historia), porque me parece algo ilógico que cuando hacen cosas de este estilo no piensen en su aprovechamiento posterior, pero es que una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo. Yo creo que cuando termine y vean lo que va a costar reconvertir los pabellones y convertir la Expo en un parque empresarial o similar, van a decir que no tienen dinero suficiente y se quedará todos los proyectos en dique seco, ya que durante la Expo vendieron la moto de que tenían casi todo vendido, y lo cierto es que los únicos que parece que van a ir son instituciones del Gobierno central y autonómico, o sea que lo pagamos la Post Expo entre todos. Ya que apenas media docena de entidades ajenas al estado o la DGA han confirmado su presencia futura, eso si, se ve que ninguna aun ha dado la señal para reservar sitio. La última es que quieren hacer una zona de bares allí, que yo no lo veo mala idea, pero que centro empresarial más extraño si se acaba convirtiendo en un centro empresarial de bares y discotecas, si es así lo podrían llamar Polígono “El botellón”.
Otra de las fantasías que nos vendieron con esto de la Expo, es que daría a conocer nuestra ciudad Internacionalmente. Según sus propios datos, de todos los visitantes que vinieron a la Expo menos de 5% eran extranjeros. Como un dato tan paupérrimo no lo podían vender como “éxito” se sacaron de la chistera la de horas que había aparecido en televisiones extranjeras nuestra ciudad, y la de audiencia potencial que habían tenido estas emisiones. También calificaron como publicidad impagable la visita de tres días del Emperador de Japón, lo cual según ellos atraería el turismo Japonés, tienen toda la razón del mundo yo al igual que todos los Españoles planificamos nuestras vacaciones en función de los viajes que hacen nuestros “queridos” monarcas. Por cierto que levante una mano el que vio a más de dos grupos de extranjeros en su visita a la Expo, que no fueran gerifaltes de algún país que venían con los gastos pagados o trabajadores de algún pabellón.
Esto de la Post Expo, va a seguir trayendo cola, sino estaros atentos a los medios de desinformación habituales o este blog.
Después de la borrachera de la Expo, llega la amarga resaca. Todos los “expertos” y gente importante relacionada con la Expo (si señores los mismos que no han pagado ni una sola entrada y no han hecho ninguna cola porque son VIP, los mismos que parece que viven en otra ciudad / realidad) dicen que se harán muchas cosas en los edificios de la Expo cuando se acabe, que se aprovechará todo, que no será como la Expo 92 de Sevilla que lo dejaron todo abandonado. Yo no se porque no me lo termino de creer, lo primero que no me termina de convencer, es que siempre que dicen cosas de estas ponen el ejemplo de Sevilla como escenario a evitar, por la desorganización y dejadez posterior a cuando termino la muestra. Pero yo supongo que los que hicieron la Expo 92 también pensarían en su aprovechamiento posterior y tendrían mogollón de planes (os suena esta historia), porque me parece algo ilógico que cuando hacen cosas de este estilo no piensen en su aprovechamiento posterior, pero es que una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo. Yo creo que cuando termine y vean lo que va a costar reconvertir los pabellones y convertir la Expo en un parque empresarial o similar, van a decir que no tienen dinero suficiente y se quedará todos los proyectos en dique seco, ya que durante la Expo vendieron la moto de que tenían casi todo vendido, y lo cierto es que los únicos que parece que van a ir son instituciones del Gobierno central y autonómico, o sea que lo pagamos la Post Expo entre todos. Ya que apenas media docena de entidades ajenas al estado o la DGA han confirmado su presencia futura, eso si, se ve que ninguna aun ha dado la señal para reservar sitio. La última es que quieren hacer una zona de bares allí, que yo no lo veo mala idea, pero que centro empresarial más extraño si se acaba convirtiendo en un centro empresarial de bares y discotecas, si es así lo podrían llamar Polígono “El botellón”.
Otra de las fantasías que nos vendieron con esto de la Expo, es que daría a conocer nuestra ciudad Internacionalmente. Según sus propios datos, de todos los visitantes que vinieron a la Expo menos de 5% eran extranjeros. Como un dato tan paupérrimo no lo podían vender como “éxito” se sacaron de la chistera la de horas que había aparecido en televisiones extranjeras nuestra ciudad, y la de audiencia potencial que habían tenido estas emisiones. También calificaron como publicidad impagable la visita de tres días del Emperador de Japón, lo cual según ellos atraería el turismo Japonés, tienen toda la razón del mundo yo al igual que todos los Españoles planificamos nuestras vacaciones en función de los viajes que hacen nuestros “queridos” monarcas. Por cierto que levante una mano el que vio a más de dos grupos de extranjeros en su visita a la Expo, que no fueran gerifaltes de algún país que venían con los gastos pagados o trabajadores de algún pabellón.
Esto de la Post Expo, va a seguir trayendo cola, sino estaros atentos a los medios de desinformación habituales o este blog.
